VERANO y YOGA
Cada año al empezar el verano me ocurre lo mismo, la primera sensación es:
· ¡Bien!! por fin no doy clases y puedo dejar de hacer tanto Yoga! por fin puedo parar, relajarme y descansar un poco.
Al segundo o tercer día sin practicar me ocurre siempre lo mismo:
· Parece que me falta algo, voy a estirar o a moverme, venga me siento y respiro, nada más…
Total, cuando me quiero dar cuenta, sigo practicando a diario
Os a ocurrido a vosotr@s?.
La llegada del verano, produce muchas sensaciones en nuestra mente y varios cambios en nuestro cuerpo, nosotros debemos de conocerlos, el que más notamos suele ser que estamos como más alegres con más energía, nos apetece quitarnos ropa, y salir a la calle o al campo.
Lo que ocurre es que esta poderosa y fantástica máquina que es nuestro cuerpo, lo que quiere es no ganar calor, sino perderlo y él sabe que cuanta menos actividad física, menos calor.
La región de nuestro cerebro que controla la temperatura, es como no, nuestro querido Hipotálamo, podríamos decir que es el puente entre nuestro Sistema Nervioso y el Sistema Endocrino, regula además el sueño y la vigilia, la fatiga y el insomnio y como ya sabes con calor todos estos síntomas están más presentes en nosotros.
¿Quién, con el calor, no se encuentra más cansado, con más o menos sueño?
Esto también produce por necesidad cambios en nuestra práctica, es decir debemos de ser conscientes que, en verano, nuestra practica puede cambiar y no debemos de preocuparnos por ello, el yoga tiene tanta variedad y tantos matices que siempre encontraremos herramientas para disfrutar de él.
En el mundo del Yoga se suele asociar el Hipotálamo al 6ª Chakra, AJNA, el hogar de nuestra Intuición, que es la que más tenemos que utilizar para la práctica de yoga en verano, dejar que nuestro instinto nos marque el camino de lo que nos apetece practicar.
Los Corpúsculos de Ruffini son unos receptores sensoriales que tenemos en la piel, son los primeros en enviar información del cambio de temperatura en nuestro cuerpo
El Hipotálamo la regula, de dos maneras, con la Transpiración, es decir lo primero que hacemos es sudar, ese sudor se evapora en nuestra piel y nos enfría y con la Vasodilatación, enviando más sangre a las arterias cutáneas para enfriar la musculatura.
Seguramente alguna vez, tu profesor/a de Yoga os ha dicho que no os limpiéis el sudor con toallitas, esta es la explicación, debemos dejar que se seque en nuestro cuerpo, para enfriarlo.
Conociendo un poco más nuestros cambios mentales, nuestros cambios corporales, podemos ajustar una práctica para el verano, algo más suave e intuitiva, mezclando y aprovechando mucho más todas las herramientas que nos da el yoga.
Siempre nos va a apetecer más practicar al aire libre, Parques, césped, playa, la Llamada de la naturaleza, pero debemos elegir bien, un sitio con sombra y fresco, si hay mucha humedad sudamos menos recuérdalo y por tanto evaporamos menos, procura conectar con tu lado natural, escuchar los sonidos y disfrutar del silencio, apaga el móvil y si puedes, con tus pies desnudos conecta con la tierra, hidrátate bien es muy importante.
Elige bien la hora en las que vas a practicar, lo recomendable es o pronto por la mañana o ya a la caída del sol, descarta las horas centrales del día de más calor.
Alarga tus inicios y finales de la práctica, con más toma de conciencia y más Savasana (la Asana del verano), trabaja con menos posturas, pero perfecciónalas, utiliza Vinyasas más lentos para controlar plenamente tu respiración, reconecta de nuevo con las posturas en el suelo y con la practica en descarga, alarga las exhalaciones y se más consciente de tus movimientos, practica más meditación y pranayamas fresquitos, indaga en otros tipos de Yoga (Nidra, Restaurativo) ten muy presente tu intuición y no hagas NADA que tu mente no te pida.
Aprovecha el verano para reconectar contigo, para escucharte, quererte y sobre todo ser muy amable con tu cuerpo, déjate llevar fluye y siente que te apetece practicar.
Feliz verano!! Nos vemos en Septiembre.